1. ¡Enamoraos!
La escritura es un acto de amor. Es el fruto creativo de la pasión hacia lo que contáis, hacia los ojos que os leerán mañana, hacia vosotros mismos y las personas que encontraréis con vuestros libros. La pasión os transformará en escritores.
2. Enriqueced la vida de los demás.
Si la escritura es lo que sois, habéis elegido llenar con palabras de valor el tiempo que los lectores pasarán con vosotros.
3. Sed los primeros.
En creer en vosotros mismos, en apostar por vosotros, en correr solo para que un día un agente, un editor, un crítico y un lector corran con vosotros.
4. Haced del escuchar un arte.
Qué vuestras palabras sean sonidos cristalizados sobre papel. Esos sonidos que os esperan por la calle, listos ya para ser recogidos y entrelazados en rayas cuya única trama es la vuestra.
5. Un libro os hará ricos.
De aquella riqueza colmada de belleza y personas, que tiene vivos los ojos y anima el corazón.
6. Elegid vuestro equipo vencedor.
Un libro es una obra colectiva, que nace desde una profunda división. Tener cerca al crítico más aguerrido, al lector más apasionado, quién os derriba para demoleros y quién os derriba para volver a haceros levantar.
7. Vivid como escribís.
Sed hombres antes que escritores: cread una identidad compartida entre vuestra palabra y vuestra vida.
8. Dejad un surco.
Trazar con vuestras palabras ese surco de papel que quedará indeleble en vuestras páginas.
9. Sed honestos con vosotros mismos.
Sed maestros de excelencia: redondead, limad, buscad, estudiad sin fin. Sed curiosos de ver donde acaba la palabra y dónde empieza su ‘más allá’.
10. No traicionéis al lector.
Recoged de vuestros lectores lo que iréis a sembrar mañana.
Transformaos para ellos en lo que se esperan que seáis: la más feliz versión de vosotros mismos.
